“Durante el año 2024, en la Región del Biobío, se recepcionaron siete naves provenientes de área de riesgo alto, 97 naves de área de riesgo medio y 55 de riesgo bajo, no interceptándose en ningún estado la plaga. Mientras que este año, a la fecha, se han recepcionado seis naves provenientes de área de riesgo alto, 84 naves de área de riesgo medio y 63 de riesgo bajo, sin hallazgos de la plaga”, comunicó la oficina regional del organismo público.
Sin embargo, producto de la alta peligrosidad del insecto, el SAG Bio Bio se encuentra instalando 167 trampas Delta con feromonas, las que permiten la detección precoz de ejemplares adultos de la plaga. Esto con la finalidad de evitar su ingreso al país.
En este sentido, el Director Regional del SAG de Bio Bio, Roberto Ferrada, indicó que “esta es una labor fundamental del SAG, en la cual se sustenta nuestra condición de país libre de muchas plagas y enfermedades. Para acreditar esta condición debemos realizar monitoreo y acciones de vigilancia sanitaria, pilares esenciales para dar cuenta a nuestros países homólogos que estamos libres de ciertas enfermedades y plagas. También nos permite mantener nuestro patrimonio fito y zoosanitario del país”.
De manera reciente, los funcionarios del SAG Bio Bio se movilizaron a la isla Quiriquina, ubicada en la bahía de Concepción y a 11 kilómetros al norte de Talcahuano, con el objetivo de instalar una de las trampas de la red regional del Programa Nacional de Detección Precoz de Lymantria dispar.
“Esta isla está ubicada en un lugar estratégico en la bahía de Concepción, ya que muchos buques provenientes del extranjero se fondean en esta zona y los vientos predominantes se dirigen hacia ella, por lo cual, se incrementa la posibilidad de su ingreso al territorio nacional. Por eso el trabajo colaborativo con la Armada de Chile y la Gobernación Marítima de Talcahuano es muy importante”, puntualizó Ferrada.
Esta plaga cuarentenaria para Chile es considerada uno de los insectos defoliadores más importantes a nivel mundial, ya que puede atacar, por ejemplo, bosque nativo como coihues, lengas, robles y raulíes, además de otras especies forestales y también frutales como manzanos, arándanos, duraznos, entre otras.
Una de las vías de diseminación es a través de las naves de transporte marítimo, por lo que desde el año 2013 el SAG inspecciona los buques provenientes del sudeste asiático, área de riesgo de la plaga, lo que permite interceptar en forma oportuna su presencia al arribo de estas naves.
Además, el organismo público cuenta con una red de 167 trampas, ubicadas en un radio de 7 kilómetros en los puertos de Coronel, San Vicente y Lirquén, las que son revisadas periódicamente por funcionarios del Servicio entre los meses de diciembre y abril.
De acuerdo a los protocolos de inspección definidos por el SAG, cada vez que una nave ingresa a Chile, las agencias navieras deben informar su arribo junto con el listado de recalada en recintos portuarios de los últimos 24 meses, lo que permite verificar el nivel de riesgo de cada buque, ya que existe una categorización por país definida por la presencia de la plaga.
Está establecido que los barcos de riesgo deben venir amparadas por un Certificado Oficial emitido en el último puerto de permanencia o zarpe de la unidad, localizado en áreas con presencia de la plaga, el cual debe acreditar que el navío se encuentra libre de Lymantria dispar.
“Esta especie aprovecha las estructuras de los buques para su ovipostura y diseminación. Las hembras se ven atraídas por las luces en las cubiertas de los barcos durante la noche y ponen sus huevos sobre sus estructuras, los que pueden permanecer vivos unos 2 años, emergiendo larvas que son transportadas por el viento, gracias a una estructura de seda que producen para ese efecto, llegando a su hospedero para alimentarse y reproducirse”, informó el SAG.
“En caso de detección de masas de huevos o estados inmaduros de la plaga, el SAG dispone las medidas definidas para evitar su ingreso al territorio nacional, que consiste en la emisión de una orden de tratamiento, el cual debe ser realizado por una empresa autorizada por el Servicio y comunicado a las autoridades competentes, una vez finalizado se procede a una nueva inspección por parte de los funcionarios/as del Servicio Agrícola y Ganadero”, concluyó.
A diferencia de lo que ocurrido en la Región del Bio Bio, en el mes de octubre se informó sobre dos casos, uno en San Antonio y otro en Valparaíso, en que se detectaron masas de huevos de esta plaga a bordo de buques.

































