La ingeniero agrónomo Rosario Larraín, gerente agrícola en Prunesco, y Óscar Astorga, miembro del Comité de Chileprunes y administrador general de Superfruit, nos hablan en terreno de cómo se van desarrollando los ciruelos.

Explica que, en términos generales, se observó una buena floración. Las lluvias de septiembre, en la zona de Colchagua -la que aporta la mayor cantidad de hectáreas-, en un proceso avanzado de polinización. “Todo indica que habrá una cantidad de fruta similar a años anteriores”.

Solo unos pocos huertos fueron afectados, principalmente debido a la desuniformidad en las etapas fenológicas: mientras algunos se encontraban en floración inicial, otros ya estaban en estados más avanzados, con frutos cuajados y menos susceptibles a la lluvia.

Esta floración dispareja se da a todo nivel: dentro de una misma región, provincia o incluso entre huertos a pocos kilómetros de distancia, señala. “Por ejemplo, entre Colchagua y Pirque, existen hasta 10 días de diferencia en el inicio de floración y, por eso, la lluvia afecta en dos etapas con distintas sensibilidades”, dice la especialista.

Incluso, dentro de un mismo árbol hay disparidades. Primero florece el 50% inferior de éste, y luego la parte superior, “existiendo dentro del mismo árbol una disparidad, que dependiendo del clima del momento, puede llegar a tener hasta una semana de diferencia en la formación del fruto, brecha que se va acortando a medida que se acerca la fecha de cosecha (que en condiciones normales se da entre el 8 y 10 de febrero)”.

De todas formas, en la más relevante zona de Colchagua -Chépica, Santa Cruz, Peralillo-, entre otros-, hubo altas concentraciones frutales, con lo que se debió hacer algunos raleos mecánicos. Avanzando hacia la costa, hubo cargas más bajas que el promedio. En cuanto a la Región Metropolitana, en la zona Oriente cordillerana se observan cargas más bajas e irregulares, y más al interior, por ejemplo, en la zona de Melipilla, se han visto cargas normales.

Respecto al riego, se ha iniciado la temporada con buena disponibilidad de agua, “en este minuto la preocupación es regar bien frente a altas temperaturas de últimos días”, aunque no tiene certeza respecto a cómo terminará la temporada hídrica.

 

Visión desde Superfruit

En un breve recuento del invierno, señalar que el proceso de poda fue bastante normal, contando con la mano de obra necesaria para dicho trabajo.

En esos meses hubo una acumulación de porciones frío satisfactorias para la especie. Un ciruelo necesita 45 porciones frio en la temporada. “Para el campo en el cual me encuentro (zona Ranguil en la provincia de Colchagua, VI Región) el registro fue de 60,5 porciones frio”, dice Óscar Astorga, miembro del Comité de Chileprunes y administrador general de Superfruit.

Eso sí, comparando esta temporada con la anterior para la zona costa se tiene una acumulación más baja, presentando un registro de un 11% menos, dice.

Gracias a las porciones fríos acumuladas, la brotación primaveral o floración experimentó un proceso normal. Eso sí, existieron algunos milímetros de lluvia durante la floración; por ende, las aplicaciones preventivas de fungicidas fueron relevantes.

“La Cianamida se ha convertido en una herramienta importante para muchas especies, nos entrega seguridad en uniformidad de brotación, y nos permite adelantarnos un poco más a determinados estados de la plata. En definitiva, si se está usando en concentraciones que determina cada productor”.

Respecto de las precipitaciones, si se comparan con la temporada pasada fueron entre 100 a 200 milímetros menos, dependiendo de la zona de producción. Este año las precipitaciones fueron menores a los años 2024 y 2023, pero superiores al 2022.

 

¿Se logró reunir suficiente agua en tranques y embalses?

“Fue más tardía la acumulación, pero se logró. En nuestro caso nos demoramos 2 meses más en llegar al 100% de capacidad, asumiendo los gastos de energía eléctrica que esto implicó por concepto de bombeo de aguas de espero. De todas formas, tuvimos más agua por concepto de precipitación directa a los acumuladores y por escurrimientos superficiales de las quebradas. Resumiendo: se cumplió con el cometido de acumular los metros cúbicos necesarios para esta temporada.

 

¿Se visualizaron disparidades climáticas importantes entre una zona y otra, dentro de la VI Región?

Sí, se observaron disparidades climáticas relevantes entre zonas dentro de la VI Región. Hubo diferencias tanto en precipitaciones como en la acumulación de porciones de frío y de grados día. Estos últimos son especialmente importantes para el desarrollo del fruto y, hasta la fecha, muestran valores superiores a los de la temporada pasada.

Este escenario ha generado en algunas áreas un adelantamiento de ciertos estados fenológicos, como el endurecimiento de carozo, lo que hace prever que las cosechas podrían adelantarse algunos días respecto del ejercicio anterior. De todos modos, aún queda temporada por delante, por lo que es necesario seguir monitoreando cómo evoluciona el desarrollo del cultivo, finaliza Óscar Astorga.

Fuente: chileprunes.cl

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