Por Francisca Gebauer, directora ejecutiva del Sistema de Gestión CampoLimpio.
El 17 de mayo se conmemoró el Día Internacional del Reciclaje, y en CampoLimpio creemos que no debería ser solo un día: el reciclaje y el cuidado del medio ambiente debieran ser parte de nuestra vida y procesos productivos todo el año.
Desde CampoLimpio trabajamos cada día con la convicción de que producir alimentos no basta: también importa cómo los producimos. En un escenario donde la sostenibilidad ya no es una opción, sino una exigencia ética, ambiental y productiva, nuestro compromiso es claro: fomentar una agricultura responsable que, junto con alimentar al país, cuide de sus suelos, aguas, biodiversidad y comunidades.
CampoLimpio nació hace casi 25 años como una iniciativa voluntaria, promoviendo el triple lavado y la correcta gestión de los envases de fitosanitarios, fertilizantes foliares, bioestimulantes y otros agroindustriales a través de su red de centros fijos y puntos móviles. Esa trayectoria, junto con nuestro compromiso con la promoción de una agricultura sostenible, nos ha permitido transformarnos en el primer y único Sistema de Gestión de Envases Agroindustriales autorizado por el Ministerio del Medio Ambiente para el cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor o Ley REP.
Este compromiso lo asumimos en representación de las empresas productoras asociadas, pero también en apoyo a los agricultores que utilizan estos productos, quienes —como consumidores— también están obligados por esta normativa a gestionar adecuadamente los envases a través de su entrega en Sistemas de Gestión autorizados.
Gracias al trabajo conjunto con empresas productoras, autoridades, gestores, recicladores, agricultores y asociaciones gremiales, CampoLimpio ha logrado masificar la recuperación de envases en zonas rurales y fortalecer el mensaje de que el cuidado del medio ambiente no es un eslogan, sino una acción concreta que parte en el campo. Hoy contamos con 30 centros fijos y más de 100 puntos móviles anuales de Arica a Coyhaique, acercando esta solución a las zonas agrícolas más diversas.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Para avanzar hacia una economía verdaderamente circular, necesitamos fortalecer la conciencia y la corresponsabilidad de todos los actores del ecosistema agrícola. Necesitamos más agricultores informados, más redes colaborativas, y también más apoyo institucional para facilitar la logística, la educación ambiental, la inversión en infraestructura y los permisos necesarios para operar.
La sostenibilidad del agro no se logrará solo con nuevas tecnologías o prácticas regenerativas. También pasa por hacernos cargo de los residuos que generamos y garantizar que estos no terminen contaminando suelos ni cursos de agua. Porque cada envase correctamente gestionado es un paso hacia una agricultura más limpia, eficiente y alineada con los desafíos ambientales y productivos de hoy.
En CampoLimpio seguiremos empujando esta misión, con la mirada puesta en un país que no solo se enorgullece de su capacidad de producir alimentos para Chile y el mundo, sino también del respeto con que cuida su entorno. Porque en la agricultura del presente -y del futuro- no solo importa cuánto producimos, sino cómo lo hacemos.