Por Judith Villafaña, ingeniera agrónoma titulada de la Universidad de Chile y gerente de marketing de Acadian para la región del Cono Sur
El cambio climático forma parte del día a día de quienes siembran y cosechan en todo el mundo. Las heladas primaverales, las lluvias intensas o las grandes sequías, y las temperaturas extremas (altas o bajas) comprometen cada vez más la productividad agrícola, muchas veces con impactos irreversibles. En el Cono Sur – región geográfica que tradicionalmente incluye Argentina, Chile y Uruguay –, además de zonas de Brasil y Paraguay, esta realidad se intensifica con la llegada del invierno, lo que exige soluciones innovadoras y sostenibles.
En este contexto, cobran protagonismo los bioestimulantes naturales, especialmente aquellos elaborados a partir del alga marina Ascophyllum nodosum. Estudios científicos realizados en diversos países, han comprobado la eficacia de esta alga en la promoción de la resistencia natural de las plantas frente a los estreses ambientales, en particular al frío. La explicación radica en las propias condiciones térmicas extremas a las que Ascophyllum nodosum está expuesta en su hábitat natural.
Originaria de las frías aguas del Atlántico Norte, esta alga habita un entorno hostil, donde enfrenta variaciones extremas. Durante la marea alta, permanece sumergida en agua salada; A esto se suma una amplitud térmica extrema: En verano, puede soportar temperaturas de hasta 40°C, mientras que en invierno resiste valores que frecuentemente superan los -28°C. A lo largo de su evolución, estas presiones ambientales llevaron a Ascophyllum nodosum a desarrollar mecanismos sofisticados de supervivencia, que incluyen la producción de compuestos bioactivos capaces de protegerla en condiciones severas.
Es justamente esta capacidad es la que se transfiere a las plantas mediante la aplicación de los extractos de Ascophyllum nodosum. Durante episodios de heladas, los tejidos vegetales se vuelven extremadamente vulnerables a la formación de cristales de hielo y a la contracción celular, factores que provocan daños severos o irreversibles en los cultivos agrícolas. Los compuestos bioactivos presentes en Ascophyllum nodosum, y en los extractos de Acadian, actúan reduciendo estos efectos, al estimular los mecanismos de defensa de las plantas y mitigar el estrés oxidativo provocado por los cambios bruscos de temperatura.
Además de promover una mayor tolerancia al frío, los extractos también fortalecen el sistema radical, favoreciendo la absorción de agua y nutrientes, y contribuyen a la mejora constante de la salud física, química y biológica del suelo.
Otro aspecto diferencial importante es el impacto ambiental. Al tratarse de un recurso natural y renovable, la extracción controlada y el procesamiento sostenible del alga generan un bajo impacto ecológico. De este modo, su uso se alinea con los principios de la agricultura regenerativa, reduciendo la dependencia de insumos químicos y reforzando el compromiso con el equilibrio ambiental.
En la práctica, los productores que ya utilizan bioestimulantes a base a Ascophyllum nodosum de Acadian reportan no solo cultivos más resilientes, sino también aumentos significativos en la productividad y menores mermas durante eventos climáticos extremos.