La producción de papel exige un consumo importante de agua. Una hoja requiere entre dos y 13 litros; un kilo de papel, 50 litros, y una tonelada de papel, hasta 2.700 litros. El impacto ambiental no se detiene ahí, ya que también involucra deforestación y emisiones de CO2. Se estima que una tonelada de papel exige la tala de 24 árboles y genera 942 kilos de dióxido de carbono.
Estos datos elocuentes del efecto en el medio ambiente y la creciente escasez de recursos, realzan la importancia de la política «cero papel», es decir, de sustituir los flujos documentales físicos por herramientas tecnológicas que permiten administrar estos mismos, pero en un formato completamente digital. La transición hacia este modelo optimiza los recursos de las empresas y consolida como un imperativo ético la urgente necesidad de preservar los recursos naturales. Forma parte también de la Responsabilidad Social Empresarial, entendida como el compromiso voluntario de las compañías con el desarrollo sostenible, haciéndose responsables de su impacto económico, social y ambiental en la comunidad donde operan.
En este escenario, la digitalización emerge como una herramienta fundamental para las organizaciones comprometidas con el futuro del planeta. Despapeliza, compañía fundada en Chile con presencia en Latinoamérica y Estados Unidos, y especializada en soluciones de automatización documental inteligente, tiene experiencias donde la digitalización ha ahorrado hasta 10 millones de litros de agua. Su gerente general, Rodrigo Mortara, destaca el impacto positivo de la automatización: “como referencia, hemos logrado gestionar, en promedio, 90 mil documentos al mes, lo que contribuye a un ahorro de más de 1.5 millones de litros de agua. Algunos de nuestros clientes han reducido toneladas de uso de papel equivalentes a un ahorro de más de 50 mil litros de agua por cliente», enfatiza. Explica, además, que un documento legal, de tres a cuatro páginas, necesita hasta 15 o 20 veces el agua que un ser humano debe consumir a diario.
El Día Mundial del Reciclaje, el 17 de mayo, invita a reflexionar sobre la importancia de fomentar tecnologías para construir un futuro sostenible. Rodrigo Mortara destaca el liderazgo del país en el tema, aunque plantea que hay oportunidades de mejoramiento: «En Chile, donde hemos logrado importantes iniciativas a nivel regulatorio y de políticas públicas en contribución a la crisis climática, tenemos un importante margen de mejora en la digitalización de la documentación legal”.
Algunas contribuciones recaen en la reducción del consumo de papel y madera (menor tala de árboles), así como de la traza ambiental asociada a la producción de papel en energía y agua. Igualmente, reduce la huella de carbono del transporte de documentos y elimina residuos que terminan en los vertederos. Cabe destacar que, según estimaciones, el 70% de los desechos de una oficina son papeles.
La producción de papel tiene un impacto ambiental alarmante y se extiende más allá del consumo de agua, siendo causa de la deforestación global. Cada año se producen 419,1 millones de toneladas de papel y cartón. Una tonelada de papel requiere entre 2 y 3.5 toneladas de madera (28 a 49 árboles). La firma Despapeliza ha evitado la desaparición de 144 mil árboles gracias a sus proyectos en más de 100 empresas.
La adopción del «cero papel» es ambientalmente responsable y una estrategia inteligente para optimizar la gestión de las compañías, eliminando ineficiencias y costos. En promedio, un empleado dedica 67 minutos diarios a buscar documentos físicos (más de cinco horas semanales). Un documento se copia 19 veces y cerca del 20% de una oficina se destina a guardar documentos, con gastos en arriendo y mantenimiento. El gasto anual en impresos para una firma en Estados Unidos asciende a US$120 millones. El problema se amplifica al considerar que gastan US$8 mil millones anualmente en la gestión de papeles, según revela Forbes.
Para los especialistas existen razones contundentes para asignar a la transición a “cero papel” el valor que tiene. El cuidado del agua, la protección de los árboles y el ahorro corporativo, son algunos de indicadores que lo evidencian.