Reconstruir el tren entre La Serena y Rivadavia en pleno Valle del Elqui y extender el trazado desde Coquimbo, ya no es solo una idea romántica del pasado. Es una propuesta viable, con respaldo ciudadano y visión de futuro. Si se convoca a una mesa de trabajo entre actores públicos, privados y territoriales, podríamos estar ante un proyecto épico que transforme estructuralmente la Región de Coquimbo.
Un tren estratégico en una región que ya tiene rieles
Lo primero que debemos destacar es que la línea férrea entre Coquimbo y La Serena existe. Desde ahí, bastaría con recuperar y extender el antiguo trazado hacia Rivadavia, activando paradas clave en el Valle del Elqui.
Este tren permitiría posicionar a Coquimbo en el mapa internacional del turismo ferroviario, al nivel de lo que ocurre con el Tren a las Nubes en Salta (Argentina) o el famoso tren hacia Machu Picchu en Perú. La diferencia es que acá, el valor agregado viene de una combinación única en el mundo: pisco, vino, cielos mas claros del mundo con observatorios turísticos y turismo de intereses especiales en salud holística y relajación.
Carga, pasajeros y una nueva economía ferroviaria
Existe consenso regional: este tren debe contemplar una función logística que conecte con el futuro corredor bioceánico desde Argentina hacia el Puerto de Coquimbo, ayudando a descongestionar las rutas y potenciando el comercio binacional.
Pero también debe contar con carros para pasajeros y servicios turísticos, fortaleciendo los flujos de visitantes nacionales e internacionales que buscan experiencias asociadas a la astronomía, el bienestar, el vino, el pisco y el turismo rural de lujo que se esta posicionando en la Región, sin olvidar el AgroTurismo que lentamente toma fuerza en el colectivo de los productores agrícolas.
Su construcción generaría empleo directo e indirecto en sectores como ingeniería, construcción, hotelería y gastronomía, además de profesionalizar el incipiente turismo de montaña en la zona, hoy desarrollado por iniciativas como travesías a caballo, trekking y alojamientos boutique. Ejemplo de ello es Casa Molle, parte de la red Relais & Châteaux que esta atrayendo un segmento de visitantes nacional y extranjero de alto poder adquisitivo.
También veo un gran potencial en los pasajeros de cruceros de lujo y expedición que recalan en el Puerto de Coquimbo. Esta nueva infraestructura permitiría que los turistas embarcados puedan tomar el tren directamente desde el puerto, recorriendo La Serena y parte del Valle de Elqui con paradas seleccionadas y experiencias personalizadas.
Este tipo de tours tendría un alto nivel de interés para operadores especializados como Turismo Ingservtur, que ya gestionan experiencias para cruceristas internacionales en toda la region. Incluir el tren como parte de la oferta ampliaría significativamente el abanico de actividades para un público exigente que busca experiencias auténticas, confortables y con identidad local.
El tren como plataforma de turismo de intereses especiales
El verdadero potencial del proyecto está en su propuesta de valor turístico. Un tren temático permitiría desarrollar rutas experienciales con alto impacto internacional, tales como Catas a bordo, visitas a piqueras como Los Nichos, Capel o Mistral, combinadas con viñas familiares como Cavas del Valle, más cervezas artesanales en Diaguitas con extensiones en buses hacia Paihuano, Pisco Elqui y Alcohuaz, sin olvidar las Experiencias nocturnas y detenciones coordinadas con observatorios científicos y turísticos en uno de los cielos más limpios del planeta.
Cada ruta puede articularse con operadores locales y guías especializados, profesionalizando la experiencia y aumentando la estadía promedio de los turistas en la región.
Mediante una gobernanza mixta con liderazgo regional, se permitiría asegurar sostenibilidad, pertinencia territorial y proyección internacional.
Este tren no es solo infraestructura. Es una plataforma de desarrollo territorial, un símbolo de reconexión productiva, turística y cultural.
Además de fortalecer el vínculo con Argentina a través del Paso de Agua Negra, abre la posibilidad de convertir a la Región de Coquimbo en un modelo de reconversión ferroviaria sostenible, integrando logística, turismo y cultura.
La clave está en activar voluntades. Los territorios están listos, la historia respalda el proyecto y los beneficios son transversales.