• Imitar o no la textura o el sabor de la carne ha sido un debate recurrente entre quienes llevan una alimentación basada en plantas.
  • En la actualidad, cada vez más marcas trabajan en la innovación de nuevos sabores en preparaciones veganas.

julio, 2025. Antes de llevar una alimentación basada en plantas, la gran mayoría de las personas consumió carne o productos de origen animal alguna vez en su vida. Productos como la soya, el seitán, el tofu o incluso las legumbres suelen ser los mejores sustitutos de la carne para quienes comen vegano, tanto por su aporte nutritivo como por el sabor y textura que se puede lograr en diferentes preparaciones. Pero ¿todas las personas veganas buscan imitar los sabores o desisten de ello?

Según la Encuesta de Participantes 2025 de Veganuary, un 7% de quienes no eran veganos antes del desafío de enero, declararon que su motivo para continuar con una alimentación basada en plantas fue el descubrimiento de nuevos alimentos de gran sabor; mientras que, dentro de los mayores retos de probar la alimentación vegana durante un mes, el 14% declaró extrañar productos no veganos, sin embargo, solo un 4% mencionó el pollo, y un 3% otras carnes.

¿Qué dicen los veganos y veganas? 

Eliana Albasetti, actriz y fundadora de Santuario Empatía, comenta que “yo, como la gran mayoría de las personas que son veganas, no lo hicieron porque no nos gusta la carne, sino porque no te gusta lo que hay detrás. Nosotros, culturalmente hablando, nos encanta el sabor y la textura de la carne, pero obviamente no queremos matar a nadie. Por eso, está buenísimo hoy en día tener los sabores que nos gustan, las texturas que nos gustan, todo sin hacerle daño a ningún animal”.

La experiencia de la nutricionista Valentina Bello es similar. Explica que vivió poco más de 20 años de su vida comiendo carne y le gustaba mucho su sabor y textura. “Decidí dejar de comer carne solo por cuestiones éticas y a veces me gusta comer alimentos que simulan aquellos con los que crecí, pero ya estoy muy familiarizada con preparaciones a base de legumbres, soya, tofu y otros vegetales, por lo que no necesito esos reemplazos para comer en mi día a día”, dice.

Mauricio Serrano, director de Veganuary Latinoamérica, recuerda que, en sus primeros años en el veganismo, prefería consumir productos que imitaban el sabor y textura de la carne, para satisfacer esos gustos que tenía ya adquiridos antes de llevar una alimentación basada en plantas, pero hace unos años decidió explorar nuevos sabores. Actualmente, no tiene una inclinación exclusiva por los productos que imitan o no los sabores de la carne en las comidas veganas. “Hoy estoy en un equilibrio entre ambas posibilidades, no me molesta comer una hamburguesa vegana con sabor tradicional como tampoco una más exótica, creo que esto permite evitar aburrirnos o limitarnos con las opciones veganas”, explica.

El caso de Francisca Valenzuela, conocida como @veganahambrienta en redes sociales, es similar. “Al final, lo que nos gusta de la carne es el sabor y la textura, y eso viene de técnicas de cocción, fermentación, umami, grasa vegetal bien usada y eso no es exclusivo del mundo animal”. La creadora de contenido también considera que hay cierta creencia limitante de que algo hecho 100% de plantas no puede ser tan jugoso, explosivo y contundente. “Para mí, si una hamburguesa vegana, por ejemplo, lo logra, es una batalla ganada más que nada para los escépticos o curiosos, porque quien decide dejar la carne para rechazar la explotación animal, va a encontrar la forma de cocinarse o elegir alimentos con su propio gusto”, declara.

Para @veganahambrienta, la clave es que, por ejemplo, las hamburguesas veganas estén bien pensadas, con buena estructura, sabor balanceado y que no se desarmen al primer mordisco. “No es carne, y no tiene que serlo, porque «hamburguesa» es el nombre de la preparación y no sus ingredientes”, dice. Y también habla del sándwich en su totalidad. “De hecho, te diría que, en una hamburguesa vegana, el trozo de burguer tiene más o menos la misma importancia que los vegetales, salsas, crocantes y pan que la envuelve. Si algo de lo demás falla, puede que tu experiencia no sea tan buena por lo que hay que ponerle atención a todo. En resumen, creo que la cocina vegetal es tan versátil que puede jugar con ambos mundos: lo que recuerda a la carne y lo que propone algo completamente nuevo”.

Más opciones basadas en plantas en el mercado

Al momento de comer una hamburguesa vegana, Eliana Albasetti declara que prefiere el sabor y textura parecida a la carne. Respecto a las opciones que actualmente ofrece el mercado, reconoce que “ha subido la oferta y eso es maravilloso”.

El director de Veganuary coincide: “El avance ha sido increíble, los productos en base a plantas que encontramos actualmente en Chile son de gran calidad, no solo por su sabor, sino también textura, olor, y hasta el empaquetado, buscando ofrecer productos altamente elaborados que imitan a los tradicionales, y que espero compitan con ellos en el futuro”.

Valentina Bello también agrega que es positivo e incluso necesario que existan estos productos, “ya que permiten que las personas que quieren hacer la transición, o ya tienen una dieta basada en plantas, no renuncien a experiencias sensoriales que disfrutaron en algún momento y que extrañan”, y agrega que “en lo personal me hizo muy feliz encontrar salchichas que me hicieran recordar los completos con palta, tomate y mayo que comía para la once con mi familia”.

Mauricio Serrano también considera que, la existencia de mayor oferta de productos veganos sustitutos de la carne es una buena forma de poder invitar a las personas a probar la alimentación vegana y que permanezcan eligiéndola en el futuro. “Muchas personas conocen y no comparten el impacto negativo que tiene la industria de la carne con los animales, el planeta o nuestra propia salud, pero son férreos defensores de su sabor y toda la dinámica que encierra la misma, con juntas familiares, de amigos y otros, en torno a una parrillada o asado”, comenta, y agrega que “el que puedan existir productos que sean muy similares, es una buena ayuda para que ese sabor se mantenga en los paladares de las personas, pero sin tener que afectar al planeta y sus habitantes”.

La importancia de productores locales ha sido un factor relevante y Francisca Valenzuela lo destaca: “podemos ver cómo la oferta gastronómica en locales y restaurantes ha mejorado muchísimo haciendo propuestas innovadoras y desmarcándose de lo que ya habíamos visto durante años que son las fuentes de soda y cafeterías”. Y también considera que los productos que “imitan” pueden ser tremendos aliados para quienes desean probar el veganismo. “No es una competencia entre imitación versus cocina full natural: todo suma y quienes estamos en este camino por los animales sabemos que necesitamos estar en todos los frentes”. Como cocinera basada en plantas, @veganahambrienta opina que “crear sabores que recuerdan a la carne sin usarla es un tremendo desafío y me encanta cuando se logra bien. En el fondo, que existan limitaciones no resta valor a la cocina natural: al contrario, amplía el mapa del sabor y nos acerca a más personas que pudieran optar por un plato vegano en vez de uno con animales”.

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