El sector de alimentos chilenos está impulsando activamente un nuevo Acuerdo de Asociación Económica Integral (CEPA) con Filipinas, buscando la reducción o eliminación de aranceles que, actualmente, limitan la competitividad de sus productos en este prometedor mercado del sudeste asiático. Rodrigo Gallardo, secretario general de Frutas de Chile, participó la semana recién pasada en una reunión, junto a otros miembros del Consejo Exportador de Alimentos para analizar los avances de las negociaciones del CEPA, con el equipo negociador de gobierno , liderado por Pablo Urria, jefe negociador y jefe del Departamento de Asia y Oceanía de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (SUBREI).
La industria alimentaria chilena, representada por el Consejo Exportador de Alimentos, se posiciona como el segundo sector exportador más grande de Chile, después de la minería, con envíos que alcanzaron los US$ 23.900 millones en 2024. Este sector es un motor de desarrollo para la economía chilena y tiene un crecimiento diez veces mayor en volumen que el cobre en los últimos 10 años. Chile se encuentra entre los cinco países donde el sector alimentario tiene una relevancia clave en su economía total.
Este Consejo está compuesto por diversos gremios, incluyendo Chilealimentos, Frutas de Chile, ExporLac Chile, ChileCarne, Vinos de Chile, ChilePrunes, Sonapesca, ChileNut y ChileOliva. Estos gremios contribuyen a que los productos chilenos lleguen a más de 150 países, lo que ha permitido que las exportaciones de alimentos pasen de US$ 6 mil millones en 2003 a US$ 24 mil millones en 2024, con un crecimiento anual de 6.5%.
En este marco, la participación de Frutas de Chile en estas conversaciones subraya el compromiso del sector con la diversificación de mercados en el sudeste de Asia, donde el mercado filipino visualiza grandes oportunidades para crecer y estrechar relaciones bilaterales.
Al respecto, Rodrigo Gallardo comentó que, actualmente, las frutas chilenas enfrentan desventajas arancelarias significativas en Filipinas, lo cual, resta competitividad, pero al mismo tiempo, no permite crecer en envíos. Explicó que productos como uvas, manzanas, cerezas y kiwis pagan un 7% de arancel, mientras que algunas variedades de manzanas y mandarinas alcanzan el 10%. «La eliminación o reducción de estos impuestos es fundamental para nivelar el campo de juego y permitir que las frutas chilenas compitan de manera efectiva» observó.
El mercado filipino de importación de frutas mueve entre 500 y 600 millones de dólares anuales. Los principales proveedores son China, Australia y Estados Unidos, con China dominando en manzanas, cítricos y uvas. Aunque la mayoría de las frutas chilenas ya tienen autorización sanitaria para ingresar a Filipinas, la falta de preferencias arancelarias es el principal obstáculo para su expansión.
El representante de Frutas de Chile, durante el encuentro, hizo una invitación a los negociadores del CEPA con Filipinas para que vieran este proceso desde una perspectiva amplia, poniendo énfasis en los capítulos de medidas sanitarias y de obstáculos técnicos al comercio; «de manera que las preferencias arancelarias puedan ser aprovechadas y se pueda desarrollar el mercado a partir de marcos regulatorios que permitan establecer los protocolos técnicos que sean necesarios, así como también establecer los mecanismos de cooperación técnica que permitan avanzar en estos temas», aseguró.
Mercado Filipino y Alimentos chilenos
Según datos del Consejo Exportador de Alimentos , un total de 153 millones de consumidores disfrutan diariamente de algún alimento chileno. Por ejemplo, se estima que, diariamente, 9 millones de personas consumen un puñado de nueces chilenas, 82 millones comen alguna fruta fresca de Chile y 23 millones beben una copa de vino chileno. Chile se ubica en el puesto 24 entre los mayores exportadores de alimentos a nivel global.
La industria alimentaria chilena no solo impulsa las exportaciones, sino que también genera importantes cadenas de producción, beneficiando a las pequeñas empresas y creando empleos directos e indirectos, muchos de ellos en sectores vulnerables. De hecho, 1 de cada 7 empleos en Chile es generado por la industria alimentaria, lo que se traduce en 1.5 millones de chilenos trabajando en este sector. En diez años, los salarios e ingresos de las personas vinculadas a esta industria se duplicaron, pasando de US$ 2.5 mil millones en 2005 a US$ 5 mil millones.
El sector está comprometido con el desarrollo sostenible, adoptando los estándares ambientales y de responsabilidad social más exigentes para satisfacer la demanda global de alimentos saludables, de calidad, inocuos y sostenibles.
Filipinas representa un mercado altamente atractivo. Su economía supera en un 30% a la chilena y cuenta con una población casi seis veces mayor. Además, es un miembro activo de bloques comerciales importantes como APEC y ASEAN, siendo uno de los pocos países de este último grupo con el que Chile aún no tiene un acuerdo comercial bilateral.
El total de las exportaciones de alimentos chilenos a Filipinas ascendió a US$ 50.579 mil. Para el futuro, se proyecta que las exportaciones de alimentos de Chile alcancen los US$ 34 mil millones para 2030, manteniendo un crecimiento anual promedio del 6%.
En cuanto a las exportaciones a Filipinas en 2024, los alimentos chilenos representaron una parte significativa del comercio bilateral. Los principales productos alimenticios exportados incluyeron:
