Dr. Lorenzo Reyes Bozo Decano Facultad de Ingeniería y Negocios Universidad de Las Américas

Hay líderes mundiales que, contra la evidencia científica, sostienen posturas negacionistas y minimizan la urgencia del cambio climático. Algunos sostienen que es la mayor estafa de la historia y que este discurso frena el desarrollo de la humanidad.

Desde el punto de vista científico, en la última década, la ciencia ha entregado evidencia contundente sobre este fenómeno. Por ejemplo, la síntesis científica del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) concluye que el calentamiento es inequívoco y que las actividades humanas —principalmente la quema de combustibles fósiles y la deforestación— son la causa dominante.

Los registros de temperatura y los informes de distintas instituciones expertas en clima muestran que en la última década se han registrado los años más cálidos, con anomalías cercanas a 1,4 y 1,5 °C sobre el periodo preindustrial. Esto explica la frecuencia creciente de olas de calor, sequías y eventos extremos. Otros estudios científicos reportan un aumento en la intensidad y frecuencia de lluvias monzónicas, tornados y huracanes, con impactos socioeconómicos cada vez de mayor envergadura. Otros indicadores físicos, como el retroceso acelerado de masa glaciar y el aumento del nivel del mar, están en niveles récord, con consecuencias para la seguridad hídrica y costera.

Adicionalmente, los incendios forestales extremos, como los ocurridos en los últimos años en Australia, Europa, América del Norte y Chile, junto a la pérdida acelerada de hielo en el Ártico y el retroceso glaciar, son señales tangibles de un planeta que se calienta. Esos cambios incrementan la inseguridad alimentaria y los desplazamientos humanos, golpeando con fuerza a comunidades vulnerables.

¿Cómo podemos avanzar en este desafío global? La ciencia es clara: lograr emisiones netas cero CO2 lo antes posible, reducir metano, proteger y restaurar sumideros naturales, siendo fundamental el cuidado de los océanos. Paralelamente, invertir en adaptación: sistemas de alerta temprana, gestión integrada de aguas, infraestructura resistente y planificación territorial.

Avanzar exige una transición justa: renovables masivas, eficiencia energética, electrificación del transporte, precios del carbono que reflejen el verdadero costo de las emisiones, inversiones en adaptación urbana y rural, y cooperación internacional que asegure que los países en desarrollo cuenten con financiamiento y tecnología para enfrentar el cambio climático. La evidencia científica está disponible, pero es responsabilidad de cada persona tomar la mejor decisión para asegurar un futuro más sustentable.

 

Google News Portal Agro Chile
Síguenos en Google Noticias

Equipo Prensa
Portal Agro Chile