- Exposición gratuita busca destacar que las turberas son uno de los ecosistemas más eficientes del planeta en la retención de carbono y en la regulación del ciclo hídrico, representando entre el 50% y el 70% de todos los humedales del mundo.
Una experiencia gratuita e inmersiva que une ciencia, tecnología y naturaleza invita a descubrir uno de los ecosistemas más valiosos y desconocidos del sur de Chile: las turberas de la Patagonia.
Desde el 1 al 31 de agosto, el Museo Regional de Aysén será el escenario de la muestra interactiva “Turberas: un tesoro escondido en la Patagonia”, una exposición gratuita y abierta a todo público que invita a conocer y valorar los humedales de Sphagnum, también conocidos como turberas o pomponales, a través de un recorrido sensorial que conecta el conocimiento científico con experiencias inmersivas.
La actividad es impulsada por INIA Tamel Aike, con el apoyo del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) y el propio Museo Regional. Se desarrolla en el marco de un proyecto financiado por el Programa Ciencia Pública del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, y busca acercar a la ciudadanía al rol crucial que cumplen las turberas en la regulación del agua, el clima y la biodiversidad.
“A través de instalaciones interactivas, recursos de realidad aumentada, proyecciones, fotografías y sonidos de la naturaleza, los visitantes podrán descubrir cómo estos humedales milenarios actúan como verdaderas esponjas naturales: almacenan agua de lluvia, capturan carbono atmosférico y ofrecen refugio a una biodiversidad única”, señala la investigadora María Paz Martínez, quien lidera el proyecto.
Importancia del proyecto
Uno de los compromisos del INIA es aportar a la conservación de los recursos genéticos y microbianos como patrimonio de la humanidad. En este sentido, el proyecto busca destacar que las turberas son uno de los ecosistemas más eficientes del planeta en la retención de carbono y en la regulación del ciclo hídrico, representando entre el 50% y el 70% de todos los humedales del mundo. Reconocidas internacionalmente por la COP 25 como reservas estratégicas frente al cambio climático, en países como Suecia incluso han sido utilizadas como fuente de energía, aunque hoy se promueve su uso sostenible, desde el turismo científico hasta la agroindustria ecológica.
“Esta exposición busca acercar a la ciudadanía al conocimiento y valoración de ecosistemas como las turberas, esenciales para la regulación del agua y el clima. Para avanzar hacia un desarrollo sostenible, necesitamos conservar y usar responsablemente nuestros recursos naturales. Desde INIA impulsamos este enfoque, promoviendo un agro más sostenible, adaptado al cambio climático y con menor emisión de Gases de Efecto Invernadero”, señaló Camila Reyes, directora de INIA Tamel Aike.
Desde el Ministerio y la Seremi de Ciencia de la Macrozona Austral, Verónica Vallejos, Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, valoró la iniciativa:
“El Programa de Ciencia Pública es una de nuestras principales herramientas para acercar el conocimiento a la comunidad. Este proyecto en particular, que trabaja con turberas e interviene un espacio público, es sumamente relevante porque está acercando los saberes de nuestros ecosistemas a la gente, en especial aquí en Coyhaique, pero también queda disponible para toda la región”.
Las turberas en Aysén
Según el libro “Funciones y servicios ecosistémicos de las turberas de Sphagnum en la región de Aysén”, disponible en la Biblioteca Digital de INIA, estos ecosistemas cubren unas 15.240 hectáreas en la región, concentrándose principalmente en las provincias de Capitán Prat y Aysén. Su identificación y caracterización ha sido posible gracias al uso de tecnologías como imágenes satelitales y fotointerpretación, permitiendo incluso registrar turberas en comunas que no figuraban en catastros anteriores, como Guaitecas, Ibáñez y Chile Chico.
El musgo Sphagnum, extraído de estas turberas, es el principal producto de exportación dentro del rubro de productos forestales no madereros en Chile. Solo en 2019, se exportaron más de 4.600 toneladas por un valor de US$21 millones, principalmente a mercados de Asia. Sin embargo, su alto valor ha generado presión sobre estos ecosistemas, lo que motivó al Ministerio de Agricultura a implementar el Decreto Supremo N°25 para regular su extracción y resguardar su conservación.