En el primer semestre de 2025, el mercado chileno exportó US$ 399,4 millones FOB en hortalizas, lo que supuso un aumento del 8,4% respecto al valor exportado en el mismo período de 2024, según el Boletín de Hortalizas de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa). Además, según proyecciones del sector, en las últimas dos décadas Chile ha exportado más de US$ 2.396 millones solo en semillas biotecnológicas.

La innovación en el sector hortofrutícola se ha convertido en un pilar clave de la producción agrícola, asegurando mayor productividad y sostenibilidad frente a los crecientes desafíos globales. Sin embargo, la distinción entre las distintas técnicas y sus resultados aún no es ampliamente conocida entre productores y consumidores.

Entre las técnicas conocidas se encuentra la transgenia (o modificación genética), que traspasa la barrera entre especies no relacionadas al introducir genes en el genoma de la planta. Mientras tanto, el Mejoramiento Genético Convencional opera de manera segura a través de la recombinación natural de genes y cruces controlados dentro de una misma especie o especies compatibles.

Por ejemplo, la compañía neerlandesa Enza Zaden, que opera en Chile, utiliza una combinación de métodos naturales, como el retrocruzamiento (backcrossing), para transferir características deseables, preservando la esencia del linaje original.

Innovaciones en la Biotecnología

Para que el desarrollo de nuevas variedades sea más rápido y preciso, el mejoramiento convencional se ha aliado con la biotecnología. La Selección Asistida por Marcadores (MAS), utilizada por empresas como Enza Zaden, permite identificar genes deseables basándose en marcadores moleculares en el ADN, y no solo en la lenta observación fenotípica en el campo.

«Con esta precisión, el proceso de mejoramiento se vuelve más rápido y confiable, permitiendo que la planta reciba, de una sola vez, varios genes importantes, como aquellos que brindan resistencia a diferentes enfermedades», explica Roberto Johow, líder del equipo de ventas y desarrollo.

Para el agricultor (productor), el resultado es la multiplicación de los beneficios. Las variedades mejoradas genéticamente resultan en un mayor rendimiento por superficie, con reducción de costos operacionales y del uso de insumos. Esto ocurre porque el desarrollo de plantas con resistencia a estrés biótico (plagas y enfermedades) y abiótico (sequía o calor extremo) disminuye la dependencia de defensivos químicos y optimiza el uso del agua.

Por otro lado, los consumidores también se ven beneficiados. El impacto se refleja en una mejor calidad y mayor vida útil (post-cosecha) de los alimentos, que llegan a la mesa con mejor apariencia, sabor y valor nutricional. «El mercado ya dispone de diversas técnicas y variedades para quienes desean alimentos cultivados con foco en la sustentabilidad ambiental y la inocuidad biológica, satisfaciendo esta demanda en expansión”, comenta el representante de Enza Zaden.


 

Acerca de Enza Zaden

Enza Zaden es una empresa neerlandesa con 87 años de experiencia en el mejoramiento y la producción de semillas de hortalizas. Cuenta con operaciones globales y es reconocida por desarrollar soluciones para toda la cadena productiva vegetal. La compañía se destaca por su enfoque colaborativo, buscando entender las necesidades de los clientes y del mercado para crear productos que realmente marquen una diferencia, manteniendo una visión a largo plazo y valorando las relaciones duraderas.

Google News Portal Agro Chile
Síguenos en Google Noticias

Equipo Prensa
Portal Agro Chile