El norte de Chile alberga una de las mayores riquezas solares del planeta. Sin embargo, una parte importante de la energía fotovoltaica se desperdicia, porque nuestra red eléctrica no logra absorberla por completo. Este fenómeno, conocido como curtailment o vertimiento, representa una pérdida no solo para los generadores renovables, sino también para la competitividad de Chile.
Frente a este desafío, la principal respuesta ha sido el despliegue de sistemas de almacenamiento en baterías (BESS), una tecnología en rápida expansión. Sin embargo, existe una alternativa complementaria, menos conocida, que vale la pena explorar: la instalación de centros de procesamiento computacional intensivo, como la minería de datos o el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial.
Estas operaciones utilizan computadores de alta capacidad de procesamiento que demandan grandes cantidades de energía, pero con una ventaja clave: su alta flexibilidad operativa. Es decir, pueden activarse o detenerse según la disponibilidad del recurso solar, lo que las convierte en candidatas ideales para aprovechar vertimientos de energía fotovoltaica.
Aunque esta alternativa podría representar una oportunidad para ciertos proyectos solares del norte, para hacerla viable, es clave abordar algunos desafíos como establecer un marco regulatorio que incentive estas inversiones y, por supuesto, proyectar con precisión la energía excedentaria disponible.
Transformar la energía solar que hoy se pierde en un activo digital no solo es técnicamente posible, es una estrategia innovadora e inteligente para acelerar nuestra transición energética y aportar valor a la economía del norte de Chile.
Ignacio Mackenna
Gerente general de AbastibleTec – Consejero WEC Chile