Chile continúa posicionándose como una potencia agroalimentaria en un contexto internacional complejo, debido a los constantes desafíos logísticos, geopolíticos y climáticos. Según cifras del Departamento de Inteligencia de Mercados de ProChile en base a datos del Servicio Nacional de Aduanas, las exportaciones de alimentos alcanzaron un récord histórico entre enero y junio de 2025, llegando a US$12.460 millones, con un crecimiento del 9,5% respecto al mismo período de 2024.
Nuevamente, las frutas frescas son protagonistas, principalmente, las cerezas, uvas y kiwis. El valor exportado en cerezas marcó un récord de US$2.243 millones,14,4% más que en el primer semestre de 2024; las uvas aumentaron 10,9% equivalente a US$325 millones; y los kiwis 11,6% valorizado en US$155 millones. Una parte fundamental de la cadena de suministro alimentaria es el correcto transporte de los productos perecibles. Para que se mantengan frescos, cumplir con los protocolos fitosanitarios y se garantice el óptimo manejo de la cadena de frío se requiere el uso de contenedores refrigerados o “reefer”, ya que otorgan una temperatura controlada en tránsito y óptima conservación de los alimentos hacia su destino.
“En este tipo de exportaciones, la relación con las navieras es clave. Es fundamental cerrar acuerdos previos al inicio de cada temporada para asegurar espacios y equipos suficientes según los forecasts definidos, ya que las líneas priorizan la carga perecible por sobre la carga dry, que queda sujeta a confirmación. Nosotros como agente de carga, entregamos soluciones integrales, y un enfoque colaborativo con el objetivo de apoyar y guiar a las empresas exportadoras en la gestión de su carga”, señala Víctor Valladares, jefe de Ventas de Interborders Chile.
Interborders, como operador logístico, ofrece soluciones logísticas a medida, que van desde comercio exterior y despacho aduanero hasta logística nacional, distribución especializada y almacenamiento. Valladares comenta que “la gestión logística de un contenedor reefer es distinta a la de un contenedor dry en todos los aspectos. Desde octubre, se comienza a coordinar con las líneas el stock de unidades reefer, considerando la reposición de vacíos en la costa y también la modalidad NOR (Non-Operating Reefer) desde Asia, lo que ayuda a las líneas a reducir el impacto de mover contenedores vacíos. Por el contrario, las unidades dry tienen mayor disponibilidad en terminales y son de fácil acceso para bookings”.
En el segmento perecibles, actualmente, Interborders Chile está operando con kiwis y berries congelados (frozen cargoes). En cuanto a la temporada de fruta fresca, las operaciones se inician con las cerezas a fines de noviembre, extendiéndose hasta aproximadamente junio, incluyendo distintas variedades como uvas, carozos, ciruelas y manzanas. En promedio, Interborders gestiona 300 TEUs mensuales en carga reefer, de los cuales 200 corresponden a la operación en Chile.
“En relación con las rutas más solicitadas, las frutas frescas chilenas se exportan principalmente a Asia, Estados Unidos, Europa, Canadá e India. En el caso de los congelados, los destinos más frecuentes son Asia y Estados Unidos. Para las cerezas, a partir de fin de año, se programa el servicio Cherry Express que reúne a las principales navieras y conecta directamente los puertos chilenos con Asia (Shanghai, Hong Kong y otros destinos), modificando los itinerarios para lograr un tránsito casi directo. Lo ideal es que la fruta llegue al mercado al menos dos semanas antes del Año Nuevo Chino”, destaca Valladares.
Coordinación simultánea para el éxito de las exportaciones
Para los exportadores de fruta, la temporada es un período de máxima actividad, donde deben coordinarse múltiples variables de forma simultánea:
- Turnos de cosecha y disponibilidad de temporeros.
- Disponibilidad y coordinación con packings para la maquila de la carga.
- Camiones refrigerados para contenedores reefer y camiones termo para carga aérea.
- Disponibilidad de la Agencia de Aduana para la tramitación de los embarques.
- Naves disponibles de las líneas en función de cada tráfico.
- Equipos y espacios según servicios definidos.
“La carga congelada suele viajar entre –18°C y –20°C, mientras que la carga fresca se transporta en un rango de –0,5°C a 1°C. Aunque los operadores conocemos los parámetros generales, siempre es el exportador quien indica por escrito la temperatura de viaje, con el respaldo de sus gerentes de operaciones y equipos agrónomos”, concluye.