Aguas regeneradas: el recurso oculto que mantiene vivos los ríos de Chile
Raúl Vigneaux B. Gerente, Asociación Canales de Mallarauco – Cuenca Mapocho-Maipo
En medio de la crisis hídrica que enfrenta Chile, hay una historia silenciosa pero poderosa que merece ser contada —y celebrada— en este Día Nacional del Medio Ambiente.
¿Sabías que muchos ríos en nuestro país siguen fluyendo gracias a aguas servidas tratadas que se reincorporan a sus cauces? Aunque se les califica erróneamente como de “uso indirecto”, estas aguas regeneradas se usan directamente y son clave para que nuestras cuencas sigan vivas. Sostienen poblados, alimentan ecosistemas, permiten el riego, abastecen zonas rurales y urbanas. En muchas regiones, sin este aporte invisible, los ríos simplemente dejarían de existir.
Este retorno de aguas tratadas a los cauces es un logro poco reconocido, pero profundamente valioso para la gestión hídrica nacional. Es una forma concreta —y ejemplar— de regenerar, recircular y cuidar el agua como parte activa del ciclo hidrológico. Ya es momento de visibilizarlo, valorarlo y potenciarlo.
Pero no basta con eso. Para enfrentar los desafíos que nos impone la sequía, debemos avanzar aún más:
- Reservar agua durante los deshielos y las lluvias mediante embalses multipropósito.
- Reusar las aguas que aún se vierten al mar a través de emisarios submarinos.
- Innovar y tecnificar en las actividades productivas que no lo han hecho.
- Desalinizar en las costas donde sea necesario y sostenible.
Desde cada cuenca, desde cada territorio, podemos hacer más. Además del reúso de aguas regeneradas, es fundamental avanzar con decisión en las otras soluciones hacia un modelo hídrico resiliente.
Porque los ríos no pueden esperar. Y el futuro del agua, tampoco.