Por Ricardo Gutiérrez, gerente de postventa de Salazar Israel

Mantener un vehículo en óptimas condiciones no solo mejora su rendimiento, sino que también es la clave para evitar visitas inesperadas al taller y ahorrarse reparaciones correctivas. La clave está en el mantenimiento preventivo, ese cuidado esencial que se realiza antes de que las fallas aparezcan. La mayoría de los propietarios no se dan cuenta de lo importante que es seguir el calendario de servicios recomendado por el fabricante, lo que a la larga puede generar problemas serios.

Muchos de los inconvenientes que vemos en los talleres podrían evitarse con atención a los detalles y rutinas de mantenimiento periódicas. Al ser proactivo con el cuidado del auto, no solo alargamos su vida útil, sino que también mejoramos su desempeño y aseguramos una conducción segura para todos.

Mantenimiento preventivo: Lo esencial

El cuidado del vehículo puede parecer una tarea compleja, pero con algunas prácticas básicas es posible mantenerlo en excelentes condiciones y reducir significativamente las probabilidades de visitas inesperadas al taller. Aquí algunos de los cuidados más importantes:

Cambio de aceite y filtros: El motor de tu auto es como el corazón de tu vehículo, y cambiar el aceite y los filtros de manera regular es fundamental para su buen funcionamiento. Ignorar esta tarea puede causar fricciones internas que reducen la eficiencia y podrían derivar en averías serias.

Revisión de los frenos: Los frenos son esenciales para la seguridad, tanto del conductor como de los pasajeros. Las pastillas y los discos de freno deben revisarse y reemplazarse según las indicaciones del fabricante para evitar fallos en situaciones críticas. Mantener los frenos en óptimas condiciones es una prioridad indiscutible.

Control de neumáticos: Los neumáticos no solo afectan la seguridad, sino también el consumo de combustible. Revisar la presión y el desgaste de los neumáticos regularmente ayuda a mantener el auto estable y eficiente. Este simple chequeo puede reducir accidentes y también mejorar el rendimiento general del vehículo.

Revisión de líquidos: Los líquidos del auto —como el refrigerante, el líquido de frenos y otros fluidos del motor— son vitales para evitar sobrecalentamientos y otros problemas graves. Mantener estos fluidos en niveles óptimos puede reducir hasta un 20% las fallas mecánicas, lo que significa menos visitas al taller y más seguridad en la carretera.

Mantenimiento de la batería: Una batería en mal estado es una de las principales causas de los contratiempos en el camino. La limpieza de los terminales y el reemplazo de la batería cada tres años garantizan que no te quedes varado en el momento menos esperado.

Integrando la tecnología al mantenimiento

Aprovechar la tecnología puede hacer una gran diferencia en el mantenimiento preventivo de tu vehículo. Las aplicaciones de diagnóstico automotriz, por ejemplo, permiten monitorear el estado de tu auto en tiempo real. Estas herramientas son capaces de ofrecer información sobre el rendimiento del motor, el estado de los frenos, la salud de la batería y más, enviando alertas cuando se requiere atención.

Además, los sistemas de telemetría y los dispositivos de diagnóstico OBD-II (On-Board Diagnostics) pueden proporcionar datos valiosos sobre el funcionamiento del vehículo, permitiendo detectar fallas antes de que se conviertan en problemas serios. Al implementar estos recursos, es posible tener un control más proactivo sobre el estado del vehículo.

Prevenir para ahorrar

Un buen mantenimiento preventivo no solo extiende la vida útil del vehículo, sino que también reduce hasta en un 30% la necesidad de reparaciones inesperadas. En definitiva, cuidar del auto es también cuidar de la seguridad de quienes lo ocupan y de otros conductores y peatones. Por ejemplo, un mantenimiento tan sencillo como reemplazar el filtro de polen durante el verano puede evitar problemas respiratorios y mejorar la calidad del aire dentro del auto.

La clave para un manejo seguro y económico es ser proactivo. No se trata de esperar a que el vehículo falle, sino de llevarlo a las revisiones de manera oportuna, de acuerdo con el calendario de mantenimiento del fabricante. Con este enfoque, no solo prolongamos la vida del auto, sino que también evitamos sorpresas desagradables y gastos mayores en el futuro.

Como bien lo señalo siempre a nuestros clientes: “Un auto bien mantenido puede durar más de 20 años en condiciones óptimas, y la tranquilidad que eso ofrece no tiene precio”.

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