Sebastián Ramírez

Bajo el lema “Todo parte desde la semilla”, el 20 de agosto se realizó el Congreso Nacional de Semillas 2025, organizado por la Asociación Nacional de Productores de Semillas (ANPROS). El encuentro, que registró una asistencia récord de más de 700 personas, se centró en la innovación y la biotecnología, destacando el papel de las nuevas herramientas tecnológicas en la producción mundial de semillas.

En la inauguración, el presidente de ANPROS, Eduardo de la Sotta, subrayó la relevancia del congreso para el sector. Recordó que Chile es el principal productor de semillas del hemisferio sur, con exportaciones cercanas a las 39 mil toneladas en 2024, equivalentes a US$400 millones. No obstante, advirtió sobre los desafíos que enfrenta la industria, entre ellos las crecientes exigencias fitosanitarias, el alza en los costos de producción y logística, y las posibles barreras arancelarias.

“Estos desafíos exigen una mayor coordinación público-privada, procesos más ágiles y estándares impecables para mantener la competitividad”, afirmó.

El director nacional del SAG, José Guajardo, destacó que el sector semillero chileno es reconocido internacionalmente por su calidad, seguridad e innovación. “Esta industria impulsa el desarrollo agrícola nacional y representa una pieza clave de nuestras exportaciones, generando empleo, tecnología y prestigio para Chile”, señaló.

Desde ANPROS, el encargado de hacer el repaso del mercado interno de semillas fue Mario Schindler, su director ejecutivo, quien planteó que las semillas son el pilar fundamental de la agricultura en Chile. Schindler empezó su presentación mostrando la caída en el área plantada en Chile desde los años 80, de 1,2 millones de hectáreas a las 500,000 que existen hoy. “Esto significa una caída brutal de más de 700.000 hectáreas, y nos muestra que tenemos desafíos gigantescos”, dijo.

Mercado de semillas chileno

El director ejecutivo hizo un análisis de distintos tipos de semillas, por ejemplo, la de trigo, donde indicó que se importan casi un millón de toneladas, es decir, el país se abastece de su producción local solo en un 53%. El otro 47% es importado, lo cual para Schindler “no debería ser así”.

“El caso del maíz es mucho peor, nuestra producción está cerca de las 500.000 toneladas y estamos importando cerca de 2,5 millones de toneladas, es decir, el 84% de lo que consumimos es importado”, explicó Schindler.

En cuanto a producción, el ejecutivo destacó el incremento en rendimiento por hectárea. “Los porcentajes de aumento de rendimiento son notables, lo cual está impulsado por nuevas tecnologías, nuevas variedades y semillas de calidad”, dijo.

Es gracias a estos avances que, según Schindler, la producción a nivel nacional no ha sufrido el impacto que debería haber tenido debido a la baja en hectáreas productivas.

Proyecciones a futuro y la importancia de la semilla

Considerando los desafíos de la industria, incluidos el cambio climático y el aumento poblacional, Schindler preguntó qué se puede hacer de acá en adelante. Lo primero es generar ideas e iniciativas concretas.

Lo primero, dijo, es valorar y respetar a la semilla, ya que “es probablemente el elemento tecnológico más importante de la agricultura”.

Dentro de la semilla hay genética, tecnología y trabajo de décadas que han permitido tener resistencia a enfermedades, cambio climático y aumentar los rendimientos. Además, la industria se ve obligada a cumplir con legislaciones estrictas, lo cual en Chile es fiscalizado por el SAG.

Para preservar y resguardar la industria, específicamente los cinco principales cultivos anuales en Chile, el trigo, la avena, el raps, la papa y el maíz, Schindler cree que hay que hacer algo frente al comercio ilegal y al uso propio de la industria.

“En los raps, el uso y la compra formales son del 99%, al igual que en el maíz. Sin embargo, en papa es de solo un 30%, al igual que en trigo, y en la avena de un 16%”, dijo Schindler. El problema es que los tres últimos representan el 72% de los cultivos agrarios en Chile.

La venta ilegal tiene una amplia lista de consecuencias, incluyendo fitosanidad y seguridad alimentaria.

Schindler dio especial énfasis a los semilleros chilenos, haciendo hincapié en que se tiene que defender la producción de semillas en el país. “Tenemos que hacerle ver a la sociedad y a las autoridades la importancia que tiene la semilla para la agricultura”, dijo.

El director ejecutivo de ANPROS cerró su presentación con un mensaje de positivismo, ante el panorama desafiante de hoy. “El trabajo en equipo, la coordinación, la tecnología, la preparación y los liderazgos positivos son más necesarios que nunca para que sigamos yendo hacia arriba”. Fuente: mundoagro.io

 

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