Especialista en sistemas ganaderos entrega recomendaciones prácticas para enfrentar los efectos de la escarcha, proteger los animales y conservar las praderas en predios ganaderos.
Uno de los sectores que más demandan atención con la ocurrencia de heladas es la ganadería, lo que requiere adoptar medidas destinadas a resguardar tanto a los animales, como a las praderas que son su fuente de alimentación.
Soledad Espinoza, investigadora especializada en sistemas ganaderos de INIA Quilamapu, advirtió que las bajas temperaturas y escarcha registradas durante la semana han afectado el crecimiento de las praderas.
Detalló que la temperatura mínima necesaria para el crecimiento de las praderas es de 5 °C, por lo que temperaturas inferiores inhiben su desarrollo y comprometen su disponibilidad para los animales. Agregó que para un crecimiento adecuado es indispensable contar con precipitaciones, luminosidad constante y temperatura propicias. La alteración de cualquiera de estas variables incide negativamente en el crecimiento de las praderas, hasta llegar a detenerlo.
La investigadora comentó que las heladas han afectado las especies predominantes en la pradera —unas más que otras—, pero que de igual forma dañará total o parcialmente la planta, mermando la producción. Si se produce un descongelamiento rápido o si se pasa maquinaria por encima, o incluso por el simple pisoteo del ganado, las plantas pueden dañarse severamente. Esto disminuirá la producción de la pradera y, por ende, reducirá el consumo disponible para los animales. Para que esto no ocurra, los productores ganaderos deben tomar las medidas necesarias para impedir el deterioro de la pradera natural. En cuanto a las praderas sembradas en esta temporada, las heladas pueden provocar el descalce de las plantas, derivando en la muerte de gran parte de estas.
¿Qué hacer durante o después de una helada?
“En la medida de lo posible, se debe bajar la carga o presencia de animales sobre la pradera”, expresó la investigadora de INIA Quilamapu. Precisó que, en el caso de un plantel de vacas, resulta necesario sacar aquellas que se encuentren con baja producción. En lo concerniente a la alimentación, recomendó recurrir a los forrajes toscos existentes en los mismos predios, como las quilas, además de suministrar forraje conservado.
En cuanto al manejo de las praderas, insistió en la importancia de evitar el pisoteo de potreros congelados, sugiriendo la habilitación de “callejones” mientras permanezca la escarcha. Sugirió, además, evitar la entrega de heno directa sobre el potrero, para evitar daño y pérdida del forraje.
Efectos sobre el ganado
Cada animal requiere mantener su temperatura corporal. En el caso de los vacunos, Soledad Espinoza precisó que pueden tolerar hasta -6 ºC, aunque el riesgo aumenta si el pelaje está mojado, lo que provoca estrés por frío e incluso afecciones en la salud del animal. Para prevenirlo, es fundamental que cuenten con espacios secos y sin viento. En lo referente a los terneros, puntualizó que se debe tener el cuidado de llevarlos a refugios y monitorearlos permanentemente, ya que son más sensibles.
La investigadora de INIA Quilamapu destacó la necesidad de que los ganaderos se anticipen a los días con temperaturas bajo cero, tomando medidas preventivas que eviten una merma en la producción, lo que podría derivar en mayores costos de mantención o, incluso, en la reducción del ganado al finalizar el invierno.
Medidas a considerar
La especialista en sistemas ganaderos de INIA, Soledad Espinoza, subrayó que siempre se debe resguardar a los terneros de las temperaturas bajo cero, ya que por su corta edad son más susceptibles. Respecto del ganado en general, manifestó que si los animales permanecen expuestos a condiciones de frío extremo, es indispensable proporcionarles suplementos alimenticios que cubran sus requerimientos, evitando bajas de peso, problemas reproductivos y la reducción de la masa ganadera.
Finalmente, reiteró la importancia de procurar alimentos en la cantidad y calidad apropiadas y al menor costo posible, complementando con bloques minerales para mejorar la absorción de nutrientes.