En la temporada post-podas que vivimos, este proceso es fundamental. Con él, ciertos hongos y bacterias específicamente seleccionados pasan a ser benéficos, permitiendo generar estrategias proactivas y preventivas, basadas en la naturaleza.
Santiago, 27 de agosto de 2025.- Chile es considerado un país agrícola. Su diversidad geográfica y climática facilita una amplia producción de alimentos, tanto para el consumo interno como para la exportación.
Por lo tanto, esta época del año es fundamental para la agricultura y, en consecuencia, para la economía chilena en general. Esto, dado que estamos en plena temporada de podas, con heladas amenazantes durante el invierno, todo previo a la floración primaveral.
En este período, las bajas temperaturas y la baja de actividad en cuanto a cicatrización hacen que las heridas de poda, así como las ocasionadas por heladas u otros eventos climáticos o de manejo, dejen susceptible a la planta de ser infectada por los patógenos por largos períodos de tiempo, de seis a ocho semanas, donde muchas cosas pueden fallar en las aplicaciones químicas, que tienen efectos residuales de hasta 14 días. Por ejemplo, la aplicación puede ocurrir después de la infección; el patógeno puede ser resistente al químico; la duración de éste sobre el corte de poda puede durar menos tiempo que la susceptibilidad del corte al patógeno; o la temperatura, la radiación UV o el microbiota pueden alterar la duración y la efectividad de los fungicidas.
Por ello, es en estos meses cuando adquiere mayor importancia el llamado “Sellado Biológico”, proceso donde organismos vivos realizan una acción biológica conjunta. Éste permite planificar una “defensa inteligente y adaptable”, basada en la colonización de los cortes de poda y de las heridas por parte de agentes biológicos, seleccionados por su capacidad para competir con los patógenos, ocupando el nicho ecológico de éstos y desplazándolos de estos puntos de ingreso.
Este procedimiento, a diferencia de otros que se aplican en el campo nacional, ayuda a generar estrategias proactivas y preventivas, y no tener que esperar una crisis para recién reaccionar. Además, es una “prevención con vida”, inspirada en la biotecnología y en la capacidad natural de defenderse.
Es lo que algunos ya denominan una verdadera “Revolución de las Bacterias”, donde un hongo o una bacteria específicamente seleccionados pasan a ser benéficos, siendo capaces de colonizar una herida de forma más eficiente y rápida que los patógenos, al eliminar los mecanismos de defensa y proliferación de estos últimos, y de cicatrizar de manera más veloz. En vez de utilizar recursos humanos, la naturaleza hace lo suyo.
Así, aumenta la calidad y la cantidad de la cosecha, y, además, se asegura la sanidad del huerto y su potencial productivo. En otras palabras, se afianza la sostenibilidad económica de los proyectos agrícolas, dejando de lado alternativas químicas o parciales que son perjudiciales a largo plazo.
“Sellado Biológico” dual
En este escenario, Summit Agro Chile, multinacional japonesa que forma parte del grupo Sumitomo Corporation, ofrece una solución de “Sellado Biológico” dual. Se trata de la combinación “Nacillus + Mamull”, de Bioinsumos Nativa.
Ésta consiste en una estrategia biológica integral, curativa y preventiva, que crea un “escudo biológico” sobre cada herida, activando un manejo inteligente, natural y sostenible, que protege los cultivos desde el primer corte. Nacillus actúa sobre las bacterias que atacan el floema, mientras que Mamull lo hace contra los hongos que infectan el xilema, estableciendo un “Sellado Biológico” completo.
Desde Bioinsumos Nativa destacan los beneficios de este producto combinado. “En este invierno, dadas las condiciones de heladas extremas, que coinciden con los períodos de poda, es necesario considerar ciertos resguardos, principalmente en cerezos, carozos y kiwis. Para esto, recomendamos la estrategia de ‘Sellado Biológico’, con la aplicación de ‘Nacillus + Mamull’ hasta 24 horas post ocurrencia de las heridas o las podas”, aconseja Eduardo Donoso, Director de I+D. “En otros cultivos, como manzanos, nogales y avellanos, sólo se recomienda Mamull hasta 48 horas post labores”, agrega.
“Durante muchos años, los agricultores se han acostumbrado a reaccionar cuando a veces ya es tarde, es decir, cuando ya sobrevino una crisis, recurriendo a productos químicos que hipotecan el futuro”, comenta Pablo Kauer, Gerente de I+D de Summit Agro Chile. “Por eso, nuestro llamado es a la prevención, impulsando esta ‘Revolución de las Bacterias’, donde la naturaleza juega a favor de una agricultura sana y sostenible en el tiempo”, concluye.