De acuerdo con los datos emitidos por el Centro de Información de Recursos Naturales, (CIREN), con el apoyo de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), a nivel nacional se observa un importante incremento de la superficie plantada de frutales.
Carolina Diaz, Senior Valuation Analyst de CBRE, señala que el análisis de los datos confirma el importante crecimiento de algunas especies en desmedro de otras que eran históricamente fuertes como la uva de mesa y las manzanas para dar paso a frutos como las cerezas y el avellano europeo.
El siguiente cuadro muestra las especies frutales con mayor superficie plantada, su participación con respecto a la superficie nacional catastrada y su evolución con respecto al Catastro Frutícola del 2019 expresado en la tasa de variación del período.
Fuente: Elaborado con información proporcionada por ODEPA y Registro del CIREN. El área anual corresponde a la suma de la información de registros de diferentes años en áreas mayores a 0,5 hectáreas.
“Del análisis del mismo, es posible observar una disminución del 11% de las hectáreas plantadas con uva de mesa y una baja porcentual equivalente de la superficie de manzano rojo, representando las mayores bajas del periodo. Por otra parte, la superficie de cerezo lidera el listado con un crecimiento del 38%, seguido por el avellano europeo con un crecimiento porcentual del 33%, con respecto al registro del año 2019”, comenta Carolina Diaz.
Uno de los factores que explicarían este comportamiento es la mayor rentabilidad que han alcanzado proyectos frutales de este tipo en el tiempo, propiciando un recambio en el uso del suelo en sectores tradicionalmente destinados a cultivos anuales o proyectos agrícolas menos rentables. Esto ha generado un aumento en la demanda de suelos de aptitud agrícola regados, o con disponibilidad de agua para riego, presionando al alza el valor de la tierra en zonas edafoclimáticas favorables para estas especies.
“Este incremento en el valor del suelo depende de múltiples factores como la disponibilidad hídrica, el clima, la cercanía a zonas urbanas, la ubicación, calidad de suelo, y la rentabilidad esperada del proyecto a desarrollar”, agrega Carolina Diaz, Senior Valuation Analyst de CBRE.
Un caso de especial interés es la zona centro-sur del país, que agrupa las regiones de O’Higgins, Maule, Ñuble y Biobío, la cual ha mostrado un alza sostenida del valor por hectárea y que refleja la consolidación de una zona apta para el establecimiento de huertos frutales de alto rendimiento.
En este sentido, y a modo de ejemplo, Carolina Diaz, indica que en la zona poniente de la comuna de San Rafael se observan valores de suelos con aptitud agrícola con factibilidad hídrica en torno al rango de $17.000.000/ha a $20.000.000/ha, con un incremento por sobre el 150% con respecto a valores observados el 2014, expresado en términos reales.
“La presencia de inversores institucionales relacionados a estos proyectos también es un factor relevante, observándose un crecimiento en la participación de los mismos en negocios del rubro agrícola, destacando fondos soberanos de Abu Dhabi, administradoras de fondos de Estados Unidos y capitales chinos a lo largo país”, comenta la analista de CBRE.
Equipo Prensa
Portal Agro Chile